26/12/2011
Si el Puyehue nos da permiso para pasar a su lado y continuar hacia el sur, la primera quincena de este enero próximo la pasaremos en el PN Los Alerces.
A continuación, se intercalan fotos (choreadas de internet salvo la del alerce) con una pequeña dosis de información de esta región tan maravillosa de nuestro planeta
(fuente: parkswatch.com)
Geología
El
paisaje es el resultado de una historia geológica con eventos de
distinto origen y de gran magnitud con alta diversidad de ambientes.
Los Alerces se ubica en la Cordillera Patagónica Austral, la que
constituye una unidad morfoestructural en la que afloran rocas que
corresponden al Paleozoico, Mesozoico y Cenozoico. La sucesión
estratigráfica –que se describe de abajo hacia arriba, en orden de
aparición- comienza con las rocas sedimentarias del Paleozoico, a
las que se superponen rocas volcánicas del Jurásico. Sigue hacia
arriba una espesa sucesión de rocas sedimentarias marinas y
continentales del Cretácico y Terciario, conjunto que se halla
construido por cuerpos ígneos ácidos y básicos de edad
Meso-Cenozoica. Lavas volcánicas cubren las entidades mencionadas y
se intercalan o son cubiertos por sedimentos glaciarios,
glacifluviales, coluviales, aluviales y de acarreo del Cuartario
(Riccardi y Rolleri, 1980). Las rocas que afloran son mayormente las
graníticas del llamado batolito andino, de edad mesozoica y algunas
volcánicas.
Las
erupciones volcánicas ocurridas con posterioridad enmascararon
parcialmente estas manifestaciones glaciarias del cuaternario. El
recubrimiento de cenizas volcánicas que se extendió más allá del
límite alcanzado por los glaciares en la estepa patagónica, originó
un depósito uniforme de ceniza de entre 80 a 120 cm de espesor
(Marcolin et al., 1989; López Cepero et al., 1986). La ceniza
retenida por la vegetación arbustiva presente en la zona más
lluviosa adquirió consistencia y se volvió menos susceptible de
erosión eólica. Allí la vegetación aportó materia orgánica y la
ceniza fina recién depositada tomó una estructura grumosa que
favoreció la aireación del material y la penetración de raíces.
Estos agregados le dieron al suelo permeabilidad, aireación y
elevada capacidad de retención de agua (De Pietri, 1993).
Si el Puyehue nos da permiso para pasar a su lado y continuar hacia el sur, la primera quincena de este enero próximo la pasaremos en el PN Los Alerces.
A continuación, se intercalan fotos (choreadas de internet salvo la del alerce) con una pequeña dosis de información de esta región tan maravillosa de nuestro planeta
(fuente: parkswatch.com)
Este es un alerce. Y tan sólo de 1500 años de edad. |
El
Parque Nacional Los Alerces fue
creado en 1937 por Ley 13.895 con el objetivo fundamental de proteger
los bosques de alerces - lahuan, en mapuche -, coníferas de hasta
3.000 años de vida. Abarca una superficie total de 263.000
hectáreas; 187.500 corresponden al parque y las restantes a la
reserva nacional. El parque está ubicado en el departamento
Futaleufú, al noroeste de la provincia de Chubut. Es la unidad de
conservación terminal (en sentido Norte-Sur) del sistema de áreas
protegidas de los bosques andinos de la región norpatagónica,
integrado por los PN Lago Puelo, Nahuel Huapi, Arrayanes y Lanín,
área identificada como el Corredor de los Lagos. Luego se le otorgó
la categoría de reserva natural estricta, que amplió los límites
del parque como área intangible.
Biodiversidad
Los
ecosistemas montañoso-lacustres del parque están cubiertos por
bosques de coihue, ciprés, ñire, maitén, arrayán, radal y lengas.
En su extremo oeste se encuentra la formación más exuberante de los
bosques andino-patagónicos, la Selva Valdiviana, que contiene al
único bosque milenario de alerces (Fitzroya
cupressoides)
del país y uno de los cuatro remanentes en el mundo. Es el área
protegida más austral para la protección de un peculiar conjunto
biótico.
En el parque conviven elementos de la fauna nativa (huemul, pudú, zorro gris, aves, roedores, etc) con especies introducidas como el jabalí, la liebre y el visón.

El paisaje es resultado de la orogenia andina cuyas
particularidades son la presencia de numerosas improntas de la
actividad glaciaria y volcánica cuaternaria. En esta época se
acumularon grandes masas de hielo que cubrieron la superficie,
erosionando y remodelando el paisaje anterior. La erosión glaciaria
imprimió al relieve actual geoformas específicas. Los cuerpos
montañosos están remodelados intensamente y muestran circos, agujas
y crestas. Los valles, antiguos cauces de los glaciares, son
geoformas suavemente onduladas interrumpidas de tanto en tanto por
los lagos patagónicos cuya extensión y profundidad son medida de la
magnitud del proceso.En la actualidad, son remanentes de aquella
acumulación de hielo los glaciares y ventisqueros.

Fuente: el excelente sitio de www.parkswatch.com
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